Las Últimas Batallas Contra el Remanente |
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Introducción La Biblia nos presenta claramente la historia del pueblo de Dios. Esta historia la podríamos dividir en 2 grandes etapas: el pueblo de Dios en la antigüedad desde Abel hasta los judíos del tiempo de Cristo, y el pueblo de Dios en la época del cristianismo desde su fundador Cristo hasta la última generación. En su última etapa: el cristianismo esta historia se presenta bajo la figura de una mujer que es atacada y huye del diablo y sus agentes. Esta historia figurada abarca desde el surgimiento de la iglesia cristiana hasta la última generación de cristianos que enfrentará la guerra y la ira del dragón. Esta profecía la encontramos en Apocalipsis 12: 1-17. La idea de este corto estudio es presentar la profecía, su interpretación y su cumplimiento histórico; de modo tal que nos lleve a conocer las características, las doctrinas, el tiempo y la ascendencia de este residuo final. Para ello usaremos la Escritura que nos dará la base profética y la correcta interpretación de los símbolos, el espíritu de profecía que nos ayudará en esa tarea e iluminará y guiará a la luz mayor, y la historia secular que nos dirá como se han ido desarrollando esos acontecimientos profetizados. Así lo dice la inspiración:
La Biblia y la Biblia sola
“Cuando se estudie, comprenda y obedezca la Palabra de Dios, una luz brillante se reflejará al mundo; nuevas verdades, recibidas y obedecidas, nos unirán a Jesús con poderosos vínculos. La Biblia y sólo la Biblia, ha de ser nuestro credo, el único vínculo de unión. Todos los que se inclinen ante esta Santa Palabra, estarán en armonía. Nuestros propios puntos de vista y nuestras ideas no deben dominar nuestros esfuerzos. El hombre es falible, pero la Palabra de Dios es infalible. En vez de discutir uno con otro, exalten los hombres al Señor. Hagamos frente a toda oposición como lo hizo nuestro Maestro, diciendo: "Escrito está". Levantemos el estandarte en el cual diga: La Biblia, nuestra norma de fe y disciplina (The Review and Herald, del 15 de diciembre de 1885)” (Mensajes Selectos, tomo 1, p. 487)
El Espíritu de profecía
“El Señor ha enviado a su pueblo mucha instrucción, línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y un poquito allá. Poco caso se hace de la Biblia y el Señor ha dado una luz menor para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor. ¡Oh, cuánto bien podría haberse realizado si los libros que contienen esta luz fueran leídos con una determinación de practicar los principios que contienen!” (El Colportor Evangélico, p. 174)
La Historia
“Hay un estudio de la historia que no debe condenarse. La historia sagrada fue uno de los estudios que se hacían en las escuelas de los profetas. En la crónica de su trato con las naciones se trazaban las huellas de Jehová. Así también debemos considerar hoy día los tratos de Dios con las naciones de la tierra. Debemos ver en la historia el cumplimiento de la profecía, debemos estudiar las obras de la Providencia en los grandes movimientos de reforma, y entender la marcha de los acontecimientos en la reunión de las naciones para el conflicto final de la gran controversia” (Consejos para los Maestros, p. 367)
Y en nuestro estudio debemos tener la misma actitud que tuvieron los hombres de antaño que Dios usó en su obra y que les permitió esta actitud llegar a la verdad que fue sabor de vida para vida eterna:
“Procurando poner a un lado toda opinión preconcebida y prescindiendo de todo comentario, comparó pasaje con pasaje con la ayuda de las referencias marginales y de la concordancia. ... Cuando encontraba algún pasaje oscuro, solía compararlo con todos los demás textos que parecían tener alguna referencia con el asunto en cuestión. Reconocía a cada palabra el sentido que le correspondía en el tema de que trataba el texto, y si la idea que de él se formaba armonizaba con cada pasaje colateral, la dificultad desaparecía. Así, cada vez que daba con un pasaje difícil de comprender, encontraba la explicación en alguna otra parte de las Santas Escrituras. A medida que estudiaba y oraba fervorosamente para que Dios le alumbrara, lo que antes le había parecido obscuro se le aclaraba. Experimentaba la verdad de las palabras del salmista: "El principio de tus palabras alumbra; hace entender a los simples." (Salmo 119: 130.) Con profundo interés estudió los libros de Daniel y el Apocalipsis, siguiendo los mismos principios de interpretación que en los demás libros de la Biblia, y con gran gozo comprobó que los símbolos proféticos podían ser comprendidos. Vio que, en la medida en que se habían cumplido, las profecías lo habían hecho literalmente; que todas las diferentes figuras, metáforas, parábolas, similitudes, etc., o estaban explicadas en su contexto inmediato, o los términos en que estaban expresadas eran definidos en otros pasajes; y que cuando eran así explicados debían ser entendidos literalmente. "Así me convencí -dice- de que la Biblia es un sistema de verdades reveladas dadas con tanta claridad y sencillez, que el que anduviere en el camino trazado por ellas, por insensato que fuere, no tiene por qué extraviarse." -Bliss, pág. 70. Eslabón tras eslabón de la cadena de la verdad descubierta vino a recompensar sus esfuerzos, a medida que paso a paso seguía las grandes líneas de la profecía. Ángeles del cielo dirigían sus pensamientos y descubrían las Escrituras a su inteligencia” (El Conflicto de los Siglos, p. 366-367)
La Iglesia cristiana
Como dijimos seguiremos la historia de la iglesia cristiana basado en la profecía antes mencionada: Apocalipsis 12:1-17. Aquí vemos una secuencia de eventos de la mujer y el dragón que la persigue. Veamos un corto comentario a todo el capítulo 12 de Apocalipsis: “La ilación profética en la que se encuentran estos símbolos empieza en el capítulo 12 del Apocalipsis, con el dragón que trató de destruir a Cristo cuando nació. En dicho capítulo vemos que el dragón es Satanás (Apocalipsis 12:9); fue él quien indujo a Herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevalecía la religión pagana. Así que si bien el dragón representa primero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana.” (El Conflicto de los siglos, p. 493) Así que aquí se nos presenta el nacimiento de Cristo y el dragón que procuró destruirlo por medio de su agente el Imperio Romano. Podemos resumir toda la secuencia de eventos de este capítulo de la siguiente manera: 1) La Mujer embarazada (Apoc 12:1-4). 2) El Alumbramiento de la mujer (Apoc 12:5). 3) La Mujer en el desierto (Apoc 12:6,13,14). 4) Un río de agua tras la mujer (Apoc 12:15). 5) La Mujer en la Tierra (Apoc 12:16) 6) La Descendencia de la mujer en la Tierra, y el remanente de esa descendencia (Apoc 12.17)
Pasemos pues a estudiar cada una de estas etapas, y el Señor Jehová nos guíe en este corto estudio por medio de su Espíritu y sus santos ángeles.
La Mujer embarazada
“APARECIÓ en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese” (Apocalipsis 12:1-4)
Como hemos visto en la cita antes mencionada la mujer o iglesia verdadera estaba vestida de la justicia de Cristo pues tenían plena fe en su sacrificio expiatorio simbolizado en la ley ceremonial de sacrificios de animales. Bueno aquí y en el versículo siguiente donde se habla del alumbramiento del hijo varón: “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.” (Apocalipsis 12:5), se nos habla de la guerra que le hizo el diablo a través de su agente el imperio romano. Allí comenzando con Herodes y siguiendo con todos los emperadores romanos fueron instrumentos del diablo para intentar destruir a Cristo y a su iglesia. Así que aquí vemos la historia de la iglesia cristiana y de las persecuciones de que fue objeto por parte del imperio romano.
La Mujer en el Desierto
“Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días... Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Apoc 12: 6, 13, 14)
Aquí también vemos la mujer pero en otro actitud. Ahora está huyendo a su lugar: el desierto. Allí en ese lugar es sustentada por 31/2 tiempos o años que equivalen a 1260 días. Esta persecución es realizada por el mismo dragón pero que ahora ha sido arrojado del cielo. En esta huida la mujer fue ayudada por Dios al darle alas de águila, para volar al desierto. Preguntas son claves para descubrir la interpretación y el cumplimiento de este pasaje: ¿Cuál fue el agente del dragón en este oportunidad? ¿Ese período de tiempo desde cuando se debe contar? ¿Cuál fue ese desierto que sirvió de refugio para la iglesia de Cristo? ¿Qué grupos, movimientos o iglesias fueron esa mujer del desierto? El agente del dragón en esta oportunidad no fue otro que la bestia, el sucesor del dragón:
“ME PARE sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.” (Apoc 13:1,2)
Esa bestia no es otra que el papado, que heredó del imperio romano su poder, su trono en la ciudad de Roma, y la autoridad que una vez ostentó. Esta misma bestia aparece persiguiendo al pueblo de Dios por el mismo período de tiempo: “También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses...Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.” (Apoc 13: 5, 7) Estos 42 meses son los mismos 3 ½ tiempos o años, y los mismos 1260 días proféticos durante los cuales la iglesia de Cristo fue perseguida. Veamos como lo dice el Espíritu:
“En el siglo sexto el papado concluyó por afirmarse. El asiento de su poder quedó definitivamente fijado en la ciudad imperial, cuyo obispo fue proclamado cabeza de toda la iglesia. El paganismo había dejado el lugar al papado. El dragón dio a la bestia "su poder y su trono, y grande autoridad." (Apocalipsis 13: 2, V.M.; véase el Apéndice.) Entonces empezaron a correr los 1260 años de la opresión papal predicha en las profecías de Daniel y en el Apocalipsis. (Daniel 7:25; Apocalipsis 13:5-7.) Los cristianos se vieron obligados a optar entre sacrificar su integridad y aceptar el culto y las ceremonias papales, o pasar la vida encerrados en los calabozos o morir en el tormento, en la hoguera o bajo el hacha del verdugo. Entonces se cumplieron las palabras de Jesús: "Seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre." (S. Lucas 21: 16, 17.) La persecución se desencadenó sobre los fieles con furia jamás conocida hasta entonces, y el mundo vino a ser un vasto campo de batalla. Por centenares de años la iglesia de Cristo no halló más refugio que en la reclusión y en la oscuridad. Así lo dice el profeta: "Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días." (Apocalipsis 12: 6.)” (El Conflicto de los siglos, p. 58, 59)
Y el período de tiempo donde debemos buscar este cumplimiento va desde al ascenso de ese poder papal hasta su fin:
“Los "cuarenta y dos meses" y los "mil doscientos sesenta días" designan el mismo plazo, o sea el tiempo durante el cual la iglesia de Cristo iba a sufrir bajo la opresión de Roma. Los 1260 años del dominio temporal del papa comenzaron en el año 538 de J. C. y debían terminar en 1798” (El Conflicto de los Siglos, p. 309)
Así que durante este período de tiempo debemos buscar al pueblo de Dios, “la iglesia del desierto” que estaba escondida en la oscuridad y la reclusión. Una de las primeras que encontramos es la iglesia valdense:
“La fe que por muchos siglos sostuvieron y enseñaron los cristianos valdenses contrastaba notablemente con las doctrinas falsas de Roma...no habían llegado de por sí al conocimiento de la verdad que se oponía a los dogmas y herejías de la iglesia apóstata. Su fe no era una fe nueva. Su creencia en materia de religión la habían heredado de sus padres. Luchaban en pro de la fe de la iglesia apostólica,- "la fe que ha sido una vez dada a los santos." (S. Judas 3.) "La iglesia del desierto," y no la soberbia jerarquía que ocupaba el trono de la gran capital, era la verdadera iglesia de Cristo, la depositaria de los tesoros de verdad que Dios confiara a su pueblo para que los diera al mundo.” (El Conflicto de los Siglos, p. 69, 70)
Además de los Valdenses, tenemos a los Albigenses, los hugonotes y los descendientes de los reformadores constituían la iglesia del desierto que se extendió como ya hemos dicho desde 538 hasta cerca de 1798, el fin de los 1260 años de persecución papal:
“Siglo tras siglo la sangre de los santos había sido derramada. Mientras los valdenses sucumbían en las montañas del Piamonte "a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús," sus hermanos, los albigenses de Francia, testificaban de la misma manera por la verdad. En los días de la Reforma los discípulos de ésta habían sucumbido en medio de horribles tormentos. Reyes y nobles, mujeres de elevada alcurnia, delicadas doncellas, la flor y nata de la nación, se habían recreado viendo las agonías de los mártires de Jesús. Los valientes hugonotes, en su lucha por los derechos más sagrados al corazón humano, habían derramado su sangre en muchos y rudos combates. Los protestantes eran considerados como fuera de la ley; sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como a fieras. La "iglesia del desierto," es decir, los pocos descendientes de los antiguos cristianos que aún quedaban en Francia en el siglo XVIII, escondidos en las montañas del sur, seguían apegados a la fe de sus padres. Cuando se arriesgaban a congregarse en las faldas de los montes o en los páramos solitarios, eran cazados por los soldados y arrastrados a las galeras donde llevaban una vida de esclavos hasta su muerte. A los habitantes más morales, más refinados e inteligentes de Francia se les encadenaba y torturaba horriblemente entre ladrones y asesinos” (El Conflicto de los Siglos, p. 314)
Podríamos resumir a los obreros de esta “iglesia del desierto” que luchó en el claustro y la oscuridad con la siguiente cita:
“Pero Dios "no se dejó a sí mismo sin testimonio." (Hech. 14:17.) Se levantaron obreros capaces de defender la fe dada una vez a los santos. La historia registra la fortaleza y heroísmo de esos hombres. A la semejanza de los apóstoles, muchos de ellos cayeron en sus puestos, pero la construcción del templo siguió avanzando constantemente. Los obreros fueron muertos, pero la obra prosiguió. Los valdenses, Juan Wiclef, Huss y Jerónimo, Martín Lutero y Zwinglio, Cranmer, Latimer y Knox, los hugonotes, Juan y Carlos Wesley, y una hueste de otros, colocaron sobre el fundamento materiales que durarán por toda la eternidad.” (Los Hechos de los Apóstoles, p. 478)
“Calvino trabajó en Ginebra por cerca de treinta años; primero para establecer una iglesia que se adhiriese a la moralidad de la Biblia, y después para fomentar el movimiento de la Reforma por toda Europa. Su carrera como caudillo público no fue inmaculada, ni sus doctrinas estuvieron exentas de error. Pero así y todo fue el instrumento que sirvió para dar a conocer verdades especialmente importantes en su época, y para mantener los principios del protestantismo, defendiéndolos contra la ola creciente del papismo, así como para instituir en las iglesias reformadas la sencillez y la pureza de vida en lugar de la corrupción y el orgullo fomentados por las enseñanzas del romanismo. De Ginebra salían publicaciones y maestros que esparcían las doctrinas reformadas. Y a ella acudían los perseguidos de todas partes, en busca de instrucción, de consejo y de aliento. La ciudad de Calvino se convirtió en refugio para los reformadores que en toda la Europa occidental eran objeto de persecución. Huyendo de las tremendas tempestades que siguieron desencadenándose por varios siglos, los fugitivos llegaban a las puertas de Ginebra. Desfallecientes de hambre, heridos, expulsados de sus hogares, separados de los suyos, eran recibidos con amor y se les cuidaba con ternura; y hallando allí un hogar, eran una bendición para aquella su ciudad adoptiva, por su talento, su sabiduría y su piedad. Muchos de los que se refugiaron allí regresaron a sus propias tierras para combatir la tiranía de Roma. Juan Knox, el valiente reformador de Escocia, no pocos de los puritanos ingleses, los protestantes de Holanda y de España y los hugonotes de Francia, llevaron de Ginebra la antorcha de la verdad con que desvanecer las tinieblas en sus propios países.” (El Conflicto de los Siglos, p. 251)
De todos estos reformadores surgieron denominaciones que tras una fuerte lucha lograron establecerse en paz y libertad. Ahora vendría otro ataque por parte del dragón, que siempre ha inspirado a todos sus instrumentos para que persigan y ataquen al verdadero pueblo de Dios.
Un río de agua tras la mujer “Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.” (Apoc 12:15)
En este texto podemos ver otro ataque que todavía está localizado en Europa. Otra persecución que gestaría el dragón, la serpiente antigua por medio de otro elemento: agua como un río que saldría de su boca. Su fin: que fuese arrastrada por el río. Siendo que las aguas simbolizan gentes (Apoc 17:15) es lógico pensar que este es otro ataque mediante un ejército que también pretenderían arrasar y destruir al pueblo de Dios. Esta persecución debería ser al final o cerca del final del dominio papal que concluyó en 1798. Pero también se deduce que debe ser por otro medio distinto al anterior. Entonces no tenemos otra persecución en Europa por otro medio que las persecuciones realizadas por la iglesia anglicana en dos grandes oleadas en los siglos XVII y XVIII.
La Primera oleada de persecución en el siglo XVII
“En Inglaterra el establecimiento del protestantismo como religión nacional, hizo menguar la persecución, pero no la hizo cesar por completo. Aunque muchas de las doctrinas de Roma fueron suprimidas, se conservaron muchas de sus formas de culto. La supremacía del papa fue rechazada, pero en su lugar se puso al monarca como cabeza de la iglesia. Mucho distaban aún los servicios de la iglesia de la pureza y sencillez del Evangelio. El gran principio de la libertad religiosa no era aún entendido. Si bien es verdad que pocas veces apelaron los gobernantes protestantes a las horribles crueldades de que se valía Roma contra los herejes, no se reconocía el derecho que tiene todo hombre de adorar a Dios según los dictados de su conciencia. Se exigía de todos que aceptaran las doctrinas y observaran las formas de culto prescritas por la iglesia establecida. Aún se siguió persiguiendo a los disidentes por centenares de años con mayor o menor encarnizamiento. En el siglo XVII millares de pastores fueron depuestos de sus cargos. Se le prohibió al pueblo so pena de fuertes multas, prisión y destierro, que asistiera a cualesquiera reuniones religiosas que no fueran las sancionadas por la iglesia. Los que no pudieron dejar de reunirse para adorar a Dios, tuvieron que hacerlo en callejones obscuros, en sombrías buhardillas y, en estaciones propicias, en los bosques a medianoche.” (El Conflicto de los Siglos, p. 294)
“No OBSTANTE haber renunciado al romanismo, los reformadores ingleses conservaron muchas de sus formas. De manera que aunque habían rechazado la autoridad y el credo de Roma, no pocas de sus costumbres y ceremonias se incorporaron en el ritual de la iglesia anglicana...Por la observancia de esas prácticas se hacía menos notable la diferencia que separaba de Roma a las iglesias reformadas y se procuraba a la vez promover con más esperanzas de éxito la aceptación del protestantismo entre los romanistas. Para los conservadores y los partidarios de las transigencias, estos argumentos eran decisivos. Empero había otros que no pensaban así. El mero hecho de que semejantes prácticas "tendían a colmar la sima existente entre Roma y la Reforma" (Martyn, tomo 5, pág. 22), era para ellos argumento terminante contra la conservación de las mismas. Las consideraban como símbolos de la esclavitud de que habían sido libertados y a la cual no tenían ganas de volver... Muchos deseaban ardientemente volver a la pureza y sencillez que caracterizaban a la iglesia primitiva. Consideraban muchas de las costumbres arraigadas en la iglesia anglicana como monumentos de idolatría y no podían en conciencia unirse a dicha iglesia en su culto; pero como la iglesia estaba sostenida por el poder civil no consentía que nadie sustentara opiniones diferentes en asunto de formas. La asistencia a los cultos era requerida por la ley, y no podían celebrarse sin licencia asambleas religiosas de otra naturaleza, so pena de prisión, destierro o muerte. A principios del siglo XVII el monarca que acababa de subir al trono de Inglaterra declaró que estaba resuelto a hacer que los puritanos "se conformaran, o de lo contrario . . . que fueran expulsados del país, o tratados todavía peor.' -Jorge Bancroft, History of the United States of America, parte 1, cap. 12. Acechados, perseguidos, apresados, no esperaban mejores días para lo por venir y muchos se convencieron de que para los que deseaban servir a Dios según el dictado de su conciencia, "Inglaterra había dejado de ser lugar habitable." - J.G. Palfrey, History of New England, cap. 3. Algunos decidieron refugiarse en Holanda. A fin de lograrlo tuvieron que sufrir pérdidas, cárceles y mil dificultades. Frustrábanse sus planes y eran entregados en manos de sus enemigos. Pero al fin triunfó su firme perseverancia y encontraron refugio en las playas hospitalarias de la República Holandesa. ” (El Conflicto de los Siglos, p. 333-334)
Aunque los símbolos de la profecía no son mencionados, se ve claramente que la mujer (los fieles) al no conformarse con las prácticas idólatras y paganas fueron expulsados de su país y perseguidos para solamente hallar refugio en Holanda. Entre todos los que salieron desterrados y perseguidos de Inglaterra y por la iglesia anglicana tenemos: los puritanos, los bautistas y otros. Veamos lo que dice un resumen de esta historia:
“Entre los puritanos, en los días de Jacobo I, había varias facciones: (1) los presbiterianos, que preferían un gobierno eclesiástico mediante un cuerpo de presbíteros o ancianos regularmente elegidos; (2) los independientes, que insistían que en la iglesia, como una comunidad de creyentes, debía predominar la libre voluntad y la libertad, pues consideraban que el gobierno eclesiástico debía residir en la parroquia o congregación; (3) los bautistas, que procedían principalmente de los independientes, defendían el bautismo de los adultos por inmersión, considerando que el bautismo de las criaturas era incompatible con las verdaderas creencias y prácticas cristianas” (Comentario Bíblico Adventista, p. 65)
Los Puritanos “Dios había permitido que viniesen pruebas sobre su pueblo con el fin de habilitarlo para la realización de los planes misericordiosos que él tenía preparados para ellos. La iglesia había sido humillada para ser después ensalzada. Dios iba a manifestar su poder en ella e iba a dar al mundo otra prueba de que él no abandona a los que en él confían. El había predominado sobre los acontecimientos para conseguir que la ira de Satanás y la conspiración de los malvados redundasen para su gloria y llevaran a su pueblo a un lugar seguro. La persecución y el destierro abrieron el camino de la libertad. En cuanto se vieron obligados a separarse de la iglesia anglicana, los puritanos se unieron en solemne pacto como pueblo libre del Señor para "andar juntos en todos sus caminos que les había hecho conocer, o en los que él les notificase." - J. Brown, The Pilgrim Fathers, Pág. 74. En esto se manifestaba el verdadero espíritu de la Reforma, el principio esencial del protestantismo. Con ese fin partieron los peregrinos de Holanda en busca de un hogar en el Nuevo Mundo.” (El Conflicto de los Siglos, p. 335)
Los Bautistas: “Cuando los separatistas o independientes fueron perseguidos en Inglaterra, algunos de ellos buscaron refugio en el continente europeo, particularmente en Holanda, que era un baluarte calvinista. Fue en Amsterdam donde se levantó la primera iglesia bautista inglesa en medio de los separatistas, bajo el liderazgo de John Smyth, quien murió en 1612.” (Comentario Bíblico Adventista, p. 66)
Segunda Oleada de Persecución en el siglo XVIII Luego de estos grupos también fueron perseguidos por la Iglesia de Inglaterra en la segunda oleada de persecución otros grupos, entre los que tenemos: los Metodistas.
“En Inglaterra el establecimiento del protestantismo como religión nacional, hizo menguar la persecución, pero no la pero no la hizo cesar por completo... En el siglo XVII millares de pastores fueron depuestos de sus cargos. Se le prohibió al pueblo so pena de fuertes multas, prisión y destierro, que asistiera a cualesquiera reuniones religiosas que no fueran las sancionadas por la iglesia... Cien años más tarde, en tiempos de tinieblas espirituales, aparecieron Whitefield y los Wesley como portadores de la luz de Dios. Bajo el régimen de la iglesia establecida, el pueblo de Inglaterra había llegado a un estado tal de decadencia, que apenas podía distinguirse del paganismo. La religión natural era el estudio favorito del clero y en él iba incluida casi toda su teología. La aristocracia hacía escarnio de la piedad y se jactaba de estar por sobre lo que llamaba su fanatismo, en tanto que el pueblo bajo vivía en la ignorancia y el vicio, y la iglesia no tenía valor ni fe para seguir sosteniendo la causa de la verdad ya decaída.” (El Conflicto de los Siglos, p. 294, 295)
“Como miembros de la iglesia de Inglaterra estaban muy apegados a sus formas de culto, pero el Señor les había señalado en su Palabra un modelo más perfecto. El Espíritu Santo les constriñó a predicar a Cristo y a éste crucificado. El poder del Altísimo acompañó sus labores. Millares fueron convencidos y verdaderamente convertidos. Había que proteger de los lobos rapaces a estas ovejas. Wesley no había pensado formar una nueva denominación, pero organizó a los convertidos en lo que se llamó en aquel entonces la Unión Metodista. Misteriosa y ruda fue la oposición que estos predicadores encontraron por parte de la iglesia establecida; y sin embargo, Dios, en su sabiduría, ordenó las cosas de modo que la reforma se inició dentro de la misma iglesia... Los metodistas de aquellos días -tanto el pueblo como los predicadores- eran blanco de escarnios y persecuciones, tanto por parte de los miembros de la iglesia establecida como de gente irreligiosa excitada por las calumnias inventadas por esos miembros. Se les arrastraba ante los tribunales de justicia, que lo eran sólo de nombre, pues la justicia en aquellos días era rara en las cortes. Con frecuencia eran atacados por sus perseguidores” (El Conflicto de los Siglos, p. 299, 300, 302)
Así tenemos entonces la breve historia de la mujer perseguida por el torrente del río. La mujer encarnada por los disidentes de la iglesia de Inglaterra en ambos siglos (XVII y XVIII) y el torrente del río por los poderes civiles usados por la Iglesia Anglicana.
La Mujer ayudada por la Tierra
“Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.” (Apocalipsis 12: 16)
Las Iglesias disidentes de Inglaterra fueron entonces ayudadas por la tierra. Según la profecía la tierra iba a abrir su boca y tragar este torrente de persecución. Basta con definir esa tierra que vino a ser una tierra de libertad, donde hallaron refugios estos nobles cristianos. Si las aguas son muchedumbres de naciones, entonces la tierra vendría a ser un lugar que hasta ese momento se encontraba despoblado. En este mismo lugar llamado tierra es donde surge una bestia que tiene cuernos de cordero. Veamos lo siguiente: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón” (Apocalipsis 13:11) Este reino que tenía dos cuernos de cordero sube de la tierra es quien al principio (como lo dice la profecía) serviría de refugio para estos peregrinos disidentes de Inglaterra.
“Pero la bestia con cuernos semejantes a los de un cordero "subía de la tierra." En lugar de derribar a otras potencias para establecerse, la nación así representada debe subir en territorio hasta entonces desocupado, y crecer gradual y pacíficamente. No podía, pues, subir entre las naciones populosas y belicosas del viejo mundo, ese mar turbulento de "pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas." Hay que buscarla en el continente occidental. ¿Cuál era en 1798 la nación del nuevo mundo cuyo poder estuviera entonces desarrollándose, de modo que se anunciara como nación fuerte y grande, capaz de llamar la atención del mundo? La aplicación del símbolo no admite duda alguna. Una nación, y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica... Eduardo Everett, en un discurso acerca de los peregrinos, fundadores de esta nación, dijo: "¿Buscaron un lugar retirado que por su obscuridad resultara inofensivo y seguro en su aislamiento, donde la pequeña iglesia de Leyden pudiese tener libertad de conciencia? ¡He aquí las inmensas regiones sobre las cuales, en pacífica conquista, . . . han plantado los estandartes de la cruz!" -Discurso pronunciado en Plymouth, Massachusetts, el 22 de diciembre de 1824.” (El Conflicto de los Siglos, p. 493, 494)
Entre las muchas colonias que se fundaron sobresale la fundación de Rhode Island en el año de 1636, colonia clave para la ayuda a la mujer. Sobre los inconvenientes para su fundación por parte de Rogelio Willians nos comentan:
“Después de varios meses de vida errante llegó al fin a orillas de la bahía de Narragansett, donde echó los cimientos del primer estado de los tiempos modernos que reconoció en el pleno sentido de la palabra los derechos de la libertad religiosa. El principio fundamental de la colonia de Rogelio Williams, era "que cada hombre debía tener libertad para adorar a Dios según el dictado de su propia conciencia." -Id., pág. 354. Su pequeño estado, Rhode Island, vino a ser un lugar de refugio para los oprimidos, y siguió creciendo y prosperando hasta que su principio fundamental -la libertad civil y religiosa- llegó a ser la piedra angular de la república americana de los Estados Unidos” (El Conflicto de los Siglos, p. 339)
Así que se nos dice claramente que esa tierra que ayudó a la mujer es la nación de Estados Unidos que sirvió de refugio a estos peregrinos disidentes de Inglaterra. Cuando se llegó a saber esto miren lo que sucedió: “Cuando circuló por los países de Europa la noticia de que había una tierra donde cada hombre podía disfrutar del producto de su trabajo y obedecer a las convicciones de su conciencia, millares se apresuraron a venir al Nuevo Mundo. Las colonias se multiplicaron con rapidez” (El Conflicto de los Siglos, p. 340)
Y entre estas colonias de puritanos se mostró lo poderoso que son los principios del evangelio para subyugar las pasiones y desarrollar la nobleza y pureza del corazón humano:
“Podíase vivir por años entre los puritanos "sin ver un borracho, ni oír una blasfemia ni encontrar un mendigo." -Bancroft, parte 1, cap. 19. Quedaba demostrado que los principios de la Biblia son las más eficaces salvaguardias de la grandeza nacional. Las colonias débiles y aisladas vinieron a convertirse pronto en una confederación de estados poderosos, y el mundo pudo fijarse admirado en la paz y prosperidad de una "iglesia sin papa y de un estado sin rey."” (El Conflicto de los Siglos, p. 341)
Llegamos así hasta el año de 1776 en donde se declaró la Independencia de las colonias de Norteamérica liberando así a todas las iglesias radicadas allí de el poder y la persecución de la Iglesia Anglicana de Inglaterra. Luego en el año de 1787 se establece la Constitución donde se consagran estas libertades especialmente de religión que fue la clave de la ayuda que propició la tierra (América) a la mujer que estaba siendo perseguida en Europa (los disidentes ingleses) por parte del agua del río (las 2 grandes persecuciones propiciadas por la Iglesia Anglicana). Estos disidentes ingleses vinieron a conformar las principales iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica. Otros datos históricos provistos por la Encarta del 2005 son los siguientes:
“El congregacionalismo era la confesión más practicada en Nueva Inglaterra durante la época colonial, establecida por grupos separatistas y puritanos disidentes de la Iglesia de Inglaterra. Los colonizadores de la región más al sur eran oficialmente miembros de la Iglesia de Inglaterra mientras que hacia el norte había diversos credos y sectas. Las iglesias de los puritanos eran congregaciones separadas, cada una vinculada por un pacto entre sus miembros. Hasta 1691, la colonia de la bahía de Massachusetts era una teocracia; la asistencia a la iglesia era obligatoria, y la pertenencia a la misma, un requisito indispensable para tener derecho al voto y a ocupar un cargo público. Las confesiones no congregacionalistas, en especial el baptismo y los cuáqueros (véase Sociedad de los Amigos), eran vistas con hostilidad y, a menudo, eran perseguidas por el gobierno colonial.
En la región costera del sur del Atlántico estaba establecida la Iglesia de Inglaterra; a los miembros de confesiones no anglicanas —por ejemplo, baptistas y presbiterianos— solía prohibírseles predicar y celebrar matrimonios. Las colonias más al norte permitían mayor libertad religiosa. Los primeros colonizadores europeos de esta región fueron los holandeses, que trajeron las creencias y prácticas de la Iglesia reformada. En 1654, el primer grupo organizado de colonos judíos llegó a Nueva Amsterdam, capital de Nueva Holanda. Después de que los británicos tomaran Nueva Holanda (1654), la Iglesia de Inglaterra aumentó allí su influencia. En 1632, el territorio que ahora comprende Maryland fue concedido a la familia católica de los Calvert, que colonizaron la región con el objetivo de proporcionar un refugio a sus correligionarios perseguidos; pero con el paso del tiempo el anglicanismo pasó a ser la religión de Maryland. Según los términos de la carta otorgada en 1681, el cuáquero inglés William Penn fundó Pennsylvania como refugio para los seguidores de todas las religiones. Durante el periodo colonial se introdujo el luteranismo en Pennsylvania, Nueva York y Delaware. A finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, los colonizadores escoceses e irlandeses introdujeron el presbiteranismo en las colonias del Atlántico Medio. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, los metodistas se establecieron en esta región. El movimiento de los renacimientos religiosos que se desarrolló a mediados del siglo XVIII (conocido como Gran despertar) supuso una influencia liberalizadora para la religión del territorio colonial: permitió fortalecer las confesiones metodistas y baptistas, lo que preparó el terreno para la separación de la Iglesia y el Estado cuando se fundó Estados Unidos como nación independiente.” (Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos)
Los Descendientes de la Mujer y el remanente de esos descendientes en la Tierra
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12: 17)
Según lo presentado en este texto es claro que hay un actor persecutorio el cual es el dragón. También hay tres actores: la mujer, la descendencia de la mujer y el remanente de la descendencia. Ya hemos estudiado quién fue la mujer que venía de Europa perseguida y fue ayudada en la tierra de América. Pero en este corto pasaje de nos profetiza un último evento que tendría lugar también en la tierra pero con un grupo en particular: el resto, residuo o remanente de otro grupo distinto de la mujer, es decir, de los hijos de ella. Entonces vemos que en la tierra donde fue ayudada, la mujer tendría una descendencia. Luego de esa descendencia quedaría un remanente. Este remanente tendría ciertas características y serían objeto de la última persecución por parte del dragón y sus agentes. Este remanente sería la última generación de cristianos sobre la tierra. Para lograr saber los acontecimientos que aquí se desarrollan es necesario que encontremos cuales entonces fueron o son los descendientes de esta mujer, para luego ver de donde saldrán y de donde salen los que han de conformar ese último remanente o generación de cristianos. Vamos pues a esta tarea tan fascinante y alentadora de corroborar la profecía en la historia.
Los Descendientes de la Mujer en la tierra.
Según la profecía la mujer sería perseguida en el mismo lugar donde se encontraba para ese entonces: Europa. Luego ella sería ayudada en un lugar distinto: la tierra de América. Allí tendría sus hijos, es decir, que los hijos de ella nacerían en Estados Unidos. Hemos ya demostrado que la mujer en Europa que fue perseguida son los cristianos disidentes de la Iglesia Anglicana que primero huyeron a Holanda y luego cuando la mujer es ayudada en América representa a esos disidentes que fueron y establecieron sus iglesias en América. Entonces no queda duda que debemos buscar a los hijos de esta mujer como los cristianos que en América, luego de 1787 nacen como hijos de estas congregaciones de la colonia y que como descendientes se sepan de ellas. ¿Qué iglesia nació y surgió como una separación de los bautistas, presbiterianos, congregacionalistas, metodistas, episcopales y otras congregaciones norteamericanas? La respuesta no dilata en llegar: ese movimiento se llamo el movimiento millerita. Veamos la condición que tenían las iglesias de Estados Unidos en torno a la década de 1780:
“Pero a medida que el espíritu de humildad y piedad fue reemplazado en la iglesia por el orgullo y formalismo, se enfriaron el amor a Cristo y la fe en su venida. Absorbido por la mundanalidad y la búsqueda de placeres, el profeso pueblo de Dios fue quedando ciego y no vio las instrucciones del Señor referentes a las señales de su venida. La doctrina del segundo advenimiento había sido descuidada; los pasajes de las Sagradas Escrituras que a ella se refieren fueron obscurecidos por falsas interpretaciones, hasta quedar ignorados y olvidados casi por completo. Tal fue el caso especialmente en las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica.” (El Conflicto de los siglos, p. 354)
“Tal fue también el caso de los centenares de heraldos milleritas que escribieron y predicaron ampliamente en los comienzos de la década de 1840. Las conclusiones que en términos generales los milleritas aceptaron en cuanto a la profecía, fueron definidas principalmente mediante una serie de unas 18 asambleas generales de clérigos y otros dirigentes que propiciaban la causa millerita. Provenían de todos los grupos religiosos: bautistas, congregacionalistas, presbiterianos, metodistas, episcopales, cristianos, reformados holandeses y otros.” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 4, p. 51)
Este movimiento millerita también conocido como el movimiento adventista se le conocía así por causa de su fundador quien tenía por nombre William Miller. Este movimiento surgió entre esas iglesias norteamericanas que ya para el año de 1830 se hallaban en conformidad con el mundo.
“A Guillermo Miller y a sus colaboradores les fue encomendada la misión de predicar la amonestación en los Estados Unidos de Norteamérica. Dicho país vino a ser el centro del gran movimiento adventista. Allí fue donde la profecía del mensaje del primer ángel tuvo su cumplimiento más directo. Los escritos de Miller y de sus compañeros se propagaron hasta en países lejanos. Adonde quiera que hubiesen penetrado misioneros allá también fueron llevadas las alegres nuevas de la pronta venida de Cristo” (El Conflicto de los siglos, p. 419)
“En 1833 Miller recibió de la iglesia bautista, de la cual era miembro, una licencia que le autorizaba para predicar. Además, buen número de los ministros de su denominación aprobaban su obra, y le dieron su sanción formal mientras proseguía sus trabajos.” (El Conflicto de los siglos, p. 380)
Al poco tiempo estos creyentes comenzaron a ser mal vistos en sus iglesias:
“A pesar de toda oposición, el interés en el movimiento adventista siguió en aumento. De decenas y centenas el número de los creyentes alcanzó a miles. Las diferentes iglesias se habían acrecentado notablemente, pero al poco tiempo el espíritu de oposición se manifestó hasta contra los conversos ganados por Miller, y las iglesias empezaron a tomar medidas disciplinarias contra ellos. Esto indujo a Miller a instar a los cristianos de todas las denominaciones a que, si sus doctrinas eran falsas, se lo probasen por las Escrituras” (El Conflicto de los siglos, p. 385)
La predicación de Miller se hizo entre todas las iglesias de Norteamérica
“AL PREDICAR la doctrina del segundo advenimiento, Guillermo Miller y sus colaboradores no tuvieron otro propósito que el de estimular a los hombres para que se preparasen para el juicio. Habían procurado despertar a los creyentes religiosos que hacían profesión de cristianismo y hacerles comprender la verdadera esperanza de la iglesia y la necesidad que tenían de una experiencia cristiana más profunda; trabajaron además para hacer sentir a los inconversos su deber de arrepentirse y de convertirse a Dios inmediatamente. "No trataron de convertir a los hombres a una secta ni a un partido religioso. De aquí que trabajasen entre todos los partidos y sectas, sin entremeterse en su organización ni disciplina."...” (El Conflicto de los siglos, p. 425)
A causa del rechazo del mensaje de Miller por parte de estas iglesias los fieles que allí se encontraban fueron separados de su comunión:
“Como su obra tendía a la edificación de las iglesias, se la miró durante algún tiempo con simpatía. Pero cuando los ministros y los directores de aquéllas se declararon contra la doctrina del advenimiento y quisieron sofocar el nuevo movimiento, no sólo se opusieron a ella desde el púlpito, sino que además negaron a sus miembros el derecho de asistir a predicaciones sobre ella y hasta de hablar de sus esperanzas en las reuniones de edificación mutua en la iglesia. Así se vieron reducidos los creyentes a una situación crítica que les causaba perplejidad. Querían a sus iglesias y les repugnaba separarse de ellas; pero al ver que se anulaba el testimonio de la Palabra de Dios, y que se les negaba el derecho que tenían para investigar las profecías, sintieron que la lealtad hacia Dios les impedía someterse. No podían considerar como constituyendo la iglesia de Cristo a los que trataban de rechazar el testimonio de la Palabra de Dios, "columna y apoyo de la verdad." De ahí que se sintiesen justificados para separarse de la que hasta entonces fuera su comunión religiosa. En el verano de 1844 cerca de cincuenta mil personas se separaron de las iglesias. Por aquel tiempo se advirtió un cambio notable en la mayor parte de las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica. Desde hacía muchos años venía observándose una conformidad cada vez mayor con las prácticas y costumbres mundanas, y una decadencia correspondiente en la vida espiritual; pero en aquel año se notó repentinamente una decadencia aún más acentuada en casi todas las iglesias del país. Aunque nadie parecía capaz de indicar la causa de ella, el hecho mismo fue muy notado y comentado, tanto por la prensa como desde el púlpito” (El Conflicto de los siglos, p. 426)
Estos milleritas se reunieron luego en lo que se conoce como la Iglesia Adventista del Séptimo Día:
“No podía ser de otra manera, pues la Iglesia Adventista del Séptimo Día surgió en los Estados Unidos de un ambiente religioso el movimiento millerita, que destacaba los acontecimientos escatológicos: la resurrección, el juicio final, el castigo del pecado y los pecadores” (Mensajes Selectos, tomo 3, p. 434, Introducción de los Fideicomisarios)
No queda lugar a duda que los descendientes de la mujer son los adventistas del séptimo día. La Iglesia Adventista de Séptimo Día es la descendencia de la mujer europea que fue ayudada en América: los grupos religiosos europeos disidentes de la Iglesia Anglicana que fueron ayudados por la libertad religiosa de Estados Unidos.
El remanente de esos descendientes en la tierra. “...se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc 12:17)
Según la profecía, de estos descendientes quedaría un remanente. Estos sufrirían la guerra del dragón. Como tal, tenemos las características de este remanente: al ser un residuo, resto o remanente se deja sobreentendido que el grupo del cual estos se desprenden entra en apostasía pues solo ellos quedan fieles. La palabra remanente significa: “remanente. (Del lat. remănens, -entis, part. act. de remanēre, quedar). m. Aquello que queda de algo.” (Diccionario de la Real Academia Española, 2001)
Y según los estudiosos de las lenguas antiguas bíblicas significa: “Como el lenguaje y los símbolos del Apocalipsis han sido tomados en gran parte del AT (ver p. 742; cf. com. Isa. 47: 1; Jer. 25: 12; 50: 1; Eze. 26: 13; Nota Adicional de Apoc. 18), para entender correctamente la palabra "resto", usada en Apoc. 12: 17, necesitamos considerar sus equivalentes hebreos dentro del contexto de su uso en el AT. Las tres palabras hebreas más comunes en el AT para expresar la idea de remanente", son: (1) peletah (o palet, palit), "lo que escapa", "aquellos que escapan"; de palat, "escapar", "librar"; (2) she'erith (o she'ar) "el resto", "lo que queda", "restante", "remanente", y su verbo afín sha'ar, "dejar sobras", "quedar de sobra", "quedar"; (3) yether, "lo que queda", "restante", "remanente", de yathar, "dejar de sobra", "quedar de sobra".” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, p. 827) En todas las interpretaciones dadas la idea es la misma, remanente es lo que queda de algo, lo que escapa de algo (2Rey 19:31; 2Cron 30:6; Neh 1:3). Según la Biblia el remanente son los que escapan, los que quedan fieles de la apostasía (Isa 1:9; Rom 9: 27-29; 11:1-5), ellos escapan y quedan de la apostasía en la cual se involucran la mayoría de sus hermanos. Como decíamos esto supone la apostasía de la mayoría de sus hermanos. Otro dato que se ve en este versículo es que es a este remanente a quien el dragón le haría la guerra, pero cuando se desata la guerra ya el remanente es remanente, es decir, si ya son remanentes es por que ya se han separado de la mayoría de sus hermanos que han apostatado. De modo tal que el remanente surge luego de la apostasía pero antes de la guerra que le propicia el dragón. La última característica es que este remanente posee dos elementos fundamentales: guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Resumamos estas características de este remanente: 1) Son un remanente de los descendientes de la mujer ayudada por la tierra. 2) Estos descendientes se encuentran en un estado de conformismo y apostasía que hace necesaria una separación de la apostasía, eso es lo que significa remanente, el que queda fiel y se separa o escapa de la apostasía. 3) Tienen unas doctrinas o conocimientos y también una experiencia que la profecía resume en “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”. 4) Como resultado de lo anterior se desata la ira del dragón y comienza a hacerles guerra pues ellos viven piamente en Cristo. Vamos a explicar cada uno de los puntos aquí mencionados, primero veamos como la hmna White aplicaba el versículo de Apoc 12:17 para un tiempo futuro, para el futuro remanente, y a un conflicto futuro: el último gran conflicto contra el remanente:
“Los momentos penosos que vivió el pueblo de Dios en tiempos de Ester no caracterizan sólo a esa época. El revelador, al mirar a través de los siglos hasta el fin del tiempo, declaró: "Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo." (Apoc. 12: 17.) Algunos de los que viven hoy en la tierra verán cumplirse estas palabras. El mismo espíritu que en siglos pasados indujo a los hombres a perseguir la iglesia verdadera, los inducirá en el futuro a seguir una conducta similar para con aquellos que se mantienen leales a Dios. Aun ahora se están haciendo preparativos para ese último gran conflicto. El decreto que se promulgará finalmente contra el pueblo remanente de Dios será muy semejante al que promulgó Asuero contra los judíos.” (Profetas y Reyes, p. 444)
“"ENTONCES el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo." (Apoc. 12: 17.) En el cercano futuro veremos cumplirse estas palabras, cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y con el poder papal contra los observadores de los mandamientos. El mismo espíritu que movió a los papistas en siglos pasados, inducirá a los protestantes a seguir una conducta similar hacia aquellos que se mantienen leales a Dios.” (Joyas de los Testimonios, p. 149)
Estas citas claramente nos dicen que este versículo no se aplicaba a la iglesia adventista de los días de Elena de White, pues todas las aplicaciones que ella le da las daba para el futuro inmediato. Entonces sin lugar a dudas podemos continuar la aplicación a partir de lo siguiente: A las claras este residuo saldría de entre la iglesia adventista del séptimo día (los descendientes de la mujer). El remanente debe salir de la iglesia adventista que se ha transformado en nominal: “Vi que Dios tiene hijos sinceros entre los adventistas nominales y las iglesias caídas, y antes que sean derramadas las plagas, los ministros y la gente serán invitados a salir de esas iglesias y recibirán gustosamente la verdad. Satanás lo sabe; y antes que se dé el fuerte pregón del tercer ángel, despierta excitación en aquellas organizaciones religiosas, a fin de que los que rechazaron la verdad piensen que Dios los acompaña. Satanás espera engañar a los sinceros e inducirlos a creer que Dios sigue obrando en favor de las iglesias. Pero la luz resplandecerá, y todos los que tengan corazón sincero dejarán a las iglesias caídas, y se decidirán por el residuo.” (Primeros Escritores, p. 261)
¿Pero en verdad Dios trataría a la IASD igual que a los pueblos de antes, es decir, que si apostatase ella sería desechada como fueron desechados otros que se fueron en rebelión y apostasía? ¿No trabajaría con esta iglesia en base a otro principio?
“El Señor Jesús siempre tendrá un pueblo escogido que le sirva. Cuando el pueblo judío rechazó a Cristo, el Príncipe de la vida, él les quitó el reino de Dios y lo dio a los gentiles. Dios continuará obrando en base a este principio con cada rama de su obra. Cuando una iglesia demuestra que es infiel a la palabra del Señor, cualquiera sea su posición, y por alta y sagrada que sea su vocación, el Señor ya no puede trabajar con ellos. Otros son entonces escogidos para llevar importantes responsabilidades. Pero si a su vez éstos no purifican sus vidas de toda acción incorrecta, si no establecen principios puros y santos en todos sus límites, entonces, dolorosamente, el Señor los afligirá y humillará, y, a menos que se arrepientan, los quitará de su lugar y hará de ellos un motivo de ignominia.-14MR 102 (1903)”(Eventos de los Últimos Días, p. 60, 61)
2 Estos descendientes (Iglesia Adventista del Séptimo Día ó IASD) entrarían en un estado de conformismo y luego de apostasía que haría necesario la aparición de este remanente que como tal debería escapar de la apostasía y separarse de los apóstatas.
La apostasía entre los descendientes (IASD) está profetizada por la inspiración:
“A medida que el pueblo de Dios se acerca a los peligros de los últimos días, Satanás sostiene fervientes consultas con sus ángeles en cuanto al plan de mayor éxito para derribar su fe. El ve que las iglesias populares están ya arrulladas para dormir gracias a su poder engañador. Mediante una sofistería agradable y milagros engañosos puede continuar teniéndolas bajo su dominio. Por lo tanto dirige a sus ángeles para que coloquen trampas especialmente destinadas a los que esperan la segunda venida. de Cristo y se esfuerzan por guardar todos los mandamientos de Dios... "Pero antes de proceder a estas medidas extremas" debemos ejercer toda nuestra sabiduría y sutileza para engañar y entrampar a los que honran el verdadero sábado. Podemos separar a muchos de Cristo por la mundanalidad, la concupiscencia y el orgullo. Se pensarán seguros porque creen la verdad, pero la complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confundirá el juicio y destruirá la discriminación, producirá su caída. "Id, haced que los poseedores de tierras y de dinero se embriaguen con los cuidados de esta vida. Presentad el mundo delante de los hombres en su luz más atractiva, para que depongan su tesoro aquí y fijen sus afectos en las cosas terrenales. Debemos hacer todo lo que podamos para impedir que los que trabajan en la causa de Dios obtengan medios para usar contra nosotros. Mantened el dinero en nuestras filas. Cuanto más medios obtengan ellos, más perjudicarán nuestro reino arrebatándonos nuestros súbditos. Preocupadlos más por el dinero que por la edificación del reino de Cristo y la difusión de las verdades que nosotros odiamos, y no necesitamos temer su influencia; porque sabemos que toda persona egoísta y codiciosa caerá bajo nuestro poder, y finalmente será separada del pueblo de Dios. "Usando a los que tienen una forma de piedad pero no conocen el poder, podemos ganar a muchos que de otra manera nos harían daño. Los amantes del placer más que amantes de Dios serán nuestros ayudadores más eficaces. Los que pertenecen a esta clase y que son aptos e inteligentes servirán como cebo para atraer a otros a nuestros anzuelos. Muchos no temerán su influencia, porque profesan la misma fe. Así los induciremos a sacar la conclusión de que los requerimientos, de Cristo son menos estrictos de lo que una vez creían, y que conformándose con el mundo podrían ejercer una mayor influencia sobre los mundanos. Así se separarán de Cristo; entonces no tendrán ninguna fuerza para resistir nuestro poder, y antes de mucho estarán listos para ridiculizar su primer celo y devoción. "Hasta que sea dado el gran golpe decisivo, nuestros esfuerzos contra los observadores de los mandamientos deben ser incansables. Debemos estar presentes en todas sus reuniones. Especialmente en sus grandes asambleas nuestra causa sufrirá mucho, y debemos ejercer gran vigilancia, y emplear todas nuestras artes seductoras para impedir que las almas escuchen la verdad y se impresionen con ella. "Tendré sobre el terreno, como agentes míos, a hombres con falsas doctrinas mezcladas con suficiente cantidad de verdad como para engañar a las almas. Tendré también incrédulos presentes que expresarán dudas eón respecto a los mensajes de amonestación que envía el Señor a su iglesia. Si el pueblo lee y cree estas admoniciones, podemos tener poca esperanza de vencerlo. Pero si podemos distraer su atención de estas advertencias, permanecerán ignorantes con respecto a nuestro poder y astucia, y por fin los aseguraremos en nuestras filas. Dios no permitirá que sus palabras sean despreciadas impunemente. Si podemos mantener a las almas engañadas por un tiempo, la misericordia de Dios será retirada, y él las entregará a nuestro dominio.” (Testimonios para los ministros, p. 481-483)
Este intento tendría éxito pues se gestaría la apostasía omega:
“El enemigo de las almas ha procurado introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización. Si se efectuara esta reforma, ¿qué resultaría? Los principios de verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente serían descartados. Sería cambiada nuestra religión. Los principios fundamentales que han sostenido la obra durante los últimos cincuenta años serían considerados como error. Se establecería una nueva organización. Se escribirían libros de una nueva orientación. Se introduciría un sistema de filosofía intelectual. Los fundadores de ese sistema irían a las ciudades y harían una obra maravillosa. Por supuesto, se tendría poco en cuenta el sábado y también al Dios que lo creó. No se permitiría que nada se interpusiera en el camino del nuevo movimiento. Los dirigentes enseñarían que la virtud es mejor que el vicio, pero habiendo puesto de lado a Dios, resolverían depender del poder humano, que no tiene valor sin Dios. Su fundamento estaría edificado sobre la arena, y la tormenta y la tempestad barrerían la estructura” (Mensajes Selectos, tomo 1, p. 238-239)
Se nos dice que la IASD sería pesada en balanza y se revela la única condición para que pudiese ser sanada:
“La iglesia adventista del séptimo día debe ser pesada en la balanza del santuario. Será juzgada conforme a las ventajas que haya recibido. Si su experiencia espiritual no corresponde a los privilegios que el sacrificio de Cristo le tiene asegurados; si las bendiciones conferidas no la capacitaron para cumplir la obra que se le confió, se pronunciará contra ella la sentencia: "Hallada falta". Será juzgada según la luz y las ocasiones que le fueron deparadas... Las solemnes advertencias que nos han sido dadas por la destrucción de instituciones valiosas y útiles* , nos dicen: "Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras" (Apoc. 2: 5)... A menos que la iglesia contaminada por la apostasía se arrepienta y se convierta, comerá del fruto de sus propias obras, hasta que se aborrezca a sí misma. Si resiste el mal y busca el bien; si busca a Dios con toda humildad y responde a su vocación celestial en Jesucristo; si permanece sobre la plataforma de la verdad eterna, y si por fe realiza los planes que han sido trazados a su respecto, ella será sanada. Aparecerá en la sencillez y pureza que provienen de Dios, exenta de todo compromiso terrenal, demostrando que la verdad la ha hecho realmente libre. Entonces sus miembros serán verdaderamente elegidos de Dios para ser sus representantes.-3JT 251-252, 254 (21 de abril, 1903)” (Eventos de los Últimos Días, p. 61, 62)
Fijémonos que hay una serie de condiciones que deben cumplirse para que la IASD contaminada por la apostasía alfa (la panteísta) ya en ese tiempo, el año de 1903 pudiese ser sanada. Pero lamentablemente también se le mostró en visión cuál sería el resultado de esa prueba para la IASD:
“Los 144,000 triunfaron. Sus rostros quedaron iluminados por la gloria de Dios. Entonces se me mostró una hueste que aullaba de agonía. Sobre sus vestiduras estaba escrito en grandes caracteres: "Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto." Pregunté acerca de quiénes formaban esta hueste. El ángel me dijo: "Estos son los que una vez guardaron el sábado y lo abandonaron." Los oí clamar en alta voz: "Creímos en tu venida, y la proclamamos con energía." Y mientras hablaban, sus miradas caían sobre sus vestiduras, veían lo escrito y prorrumpían en llanto. Vi que habían bebido de las aguas profundas, y hollado el residuo con los pies pisoteado el sábado- y que por esto habían sido pesados en la balanza y hallados faltos” (Primeros Escritos, p. 37)
3 Este remanente se destaca porque en sus doctrinas o creencias y en su experiencia espiritual “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús”. Esta característica (que por la profecía los destaca de los demás) los diferencia de los descendientes los cuales han apostatado de estas dos características.
Sobre los mandamientos de Dios: Los mandamientos de Dios exigen que su pueblo remanente: a) No tenga sino un solo Dios personal, el Padre. Se habla de un solo Jehová (Deut 6:1-5), no de un panteón de dioses, ni tres, ni dos, ni de una trinidad, sino uno solo. b) No haga representaciones artísticas, ni imaginativas del Padre o del Hijo, mucho menos del Espíritu que nadie ha visto su forma. Así lo dice la inspiración: “Un artista puede hacer lo mejor posible para representar las cosas que sus ojos nunca han visto, pero sus representaciones están tan lejos de la realidad que siento aflicción cuando las miro. Ni Dios, ni el cielo, ni Cristo que es la imagen del Padre, pueden ser representados acertadamente por el genio artístico de un hombre. Si Dios hubiera considerado aconsejable representar a Cristo de esta manera, su persona habría sido descrita en los escritos apostólicos. Se nos presenta a Cristo mediante las palabras del discípulo Juan (se cita Juan 1:1-14) Cristo debe serlo todo y en todos para el creyente. No debe existir nada del yo, pero sí todo de Cristo, a quién pertenecemos por creación y redención. El Espíritu Santo toma las excelencias más atractivas de Aquel que es todo él codiciable, y las presenta de tal forma que atrae la atención del corazón renovado. Dios se propone que el Espíritu Santo mantenga frente al ojo de la mente escenas que atraerán y absorverán todo lo que existe del alma recién nacida. No necesitamos ninguna representación externa de la persona de Cristo. La imaginación debe tomar al Hijo unigénito del Padre, “lleno de gracia y verdad”, todo él codiciable, señalado entre diez mil (Manuscrito 131, 1899)” (El Ministerio de Publicaciones, p. 244) ¿Qué podríamos decir de la esculturas, las pinturas, y aún de las representaciones dramatizadas, teatrales o de las películas sobre Cristo? c) Use y respete el sagrado nombre de Jehová, único nombre personal del Padre. Se desagrada cuando le llamamos por un título que se asemeja a un dios pagano o cuando no queremos usar su nombre verdadero (Jer 46: 18; 48:15; 51:57; 50: 34; 51:19; Salmo 44: 20, 21; Oseas 2:13-17) d) Por supuesto debe honrar y respetar el sábado del Señor.
Sobre el testimonio de Jesús: Un pionero R F Cottrell escribió lo siguiente a este respecto: “El resto o residuo de la iglesia evangélica ha de tener los dones. Se le hace la guerra porque guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesucristo. (Apoc. 12:17.) En Apocalipsis 19:10 se define el testimonio de Jesús como el espíritu de profecía. Dijo el ángel; "Yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús." En Apocalipsis 22:9, repite más o menos lo mismo como sigue: "Soy consiervo tuyo," y "de tus hermanos los profetas." Comparando un pasaje con otro notamos la fuerza de la expresión: "El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. " Pero el testimonio de Jesús incluye todos los dones de aquel Espíritu. Dice Pablo:"Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonió acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo." (1 Cor. 1:4-7.) El testimonio de Cristo fue confirmado en la iglesia de Corinto; y ¿cuál fue el resultado? En cuanto a los dones nadie le llevaba la delantera, ¿No estamos, pues, justificados al concluir que cuando el remanente o residuo esté del todo confirmado en el testimonio de Jesús, nadie le llevará la delantera en cuanto a los dones, mientras aguarda la venida de nuestro Señor Jesucristo?” (Primeros Escritos, p. 144)
La Hermana White escribió también: “Cuando el pueblo de Dios vuelva a la fe y a las prácticas de la iglesia primitiva, como seguramente lo hará bajo la influencia del postrer mensaje, sobrevendrá la lluvia tardía y se reavivarán todos los dones. La lluvia temprana sobrevino al comienzo de la era cristiana, en la época de la sementera del evangelio, para que germinara y arraigara la semilla. Entonces la iglesia disfrutó los dones espirituales. Y cuando al final de la dispensación cristiana sobrevenga la lluvia tardía para madurar la áurea cosecha destinada a los alfolíes de Dios, entonces se volverán a manifestar en toda su plenitud los dones del Espíritu Santo.” (Testimonios Selectos, tomo 2, p. 12)
Los descendientes de la mujer (IASD) apostatarían de los mandamientos de Dios y el Testimonio de Jesús, de los hitos de fe: “Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas.” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, p. 107)
Rechazarían los mandamientos de Dios “Hay una necesidad de reforma en el sábado entre nosotros que profesamos guardar el día de descanso de Dios...El Señor tiene una controversia con su pueblo profeso en estos últimos días. En esta controversia los hombres en posiciones responsables tomarán un curso directamente opuesto al que tomó Nehemías. Ellos mismos no solo rechazarán y despreciarán el sábado, sino que procurarán esconderlo de otros por ocultarlo completamente bajo la basura de costumbre y tradición. En iglesias y en convocaciones grandes en el aire libre, los ministros exhortarán al pueblo la necesidad de observar el primer día de la semana ”(Review and Herald, Marzo 18, 1884, Tomo 1, p. 405, columna 3)
Rechazarían el Testimonio de Jesús: “Es el plan de Satanás debilitar la fe del pueblo de Dios en los Testimonios. Luego sigue el escepticismo respecto a los puntos vitales de nuestra fe, los pilares de nuestra posición, después la duda hacia las Sagradas Escrituras, y luego la marcha descendente hacia la perdición. Cuando se duda y renuncia a los Testimonios, en los cuales una vez se creyó, Satanás sabe que los engañados no se detendrán: allí; redobla sus esfuerzos hasta que los lanza en abierta rebelión, la que se toma incurable y termina en destrucción.” (Eventos de los Últimos Días, p. 182)
Rechazarían la fe de Jesús o el mensaje de justificación por fe, la luz del ángel de Apoc 18: “En las iglesias [adventistas del séptimo día] habrá una manifestación maravillosa del poder de Dios, pero no obrará en favor de aquellos que no se han humillado ante el Señor ni abierto la puerta del corazón mediante la confesión y el arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que ilumina la tierra con la gloria de Dios, sólo verán algo que en su ceguera considerarán peligroso, algo que despertará sus temores, y se afirmarán para resistirlo. Debido a que el Señor no actúa de acuerdo con sus ideas y expectativas, se opondrán a la obra. "¿Por qué -dicen- no debiéramos nosotros conocer al Espíritu de Dios, cuando hemos estado en la obra por tantos años?"-RH Extra, Diciembre 23, 1890. El mensaje del tercer ángel no será comprendido por aquellos que se niegan a caminar en su gloria creciente, y los tales llamarán una luz falsa a la luz que iluminará la tierra con su gloria.-RH Mayo 27, 1890” (Eventos de los Últimos Días, p. 213)
4 Como resultado de lo anterior se desata la ira del dragón y comienza a hacerles guerra pues ellos viven piamente en Cristo. La inspiración nos dice claramente que la ira del dragón y la guerra hacia el remanente sería desatada a causa de la predicación del mensaje del tercer ángel:
“EN LA Palabra de Dios se nos muestran las consecuencias que tiene la proclamación del mensaje del tercer ángel. "Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el Testimonio de Jesucristo." (Apoc. 12: 17.) La negativa a obedecer los mandamientos de Dios, y la resolución de albergar odio contra los que proclaman estos mandamientos, lleva a la guerra más resuelta de parte del dragón, cuyas energías enteras se dedican a oponerse al pueblo de Dios que guarda sus mandamientos. "Y hacía que a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, o en sus frentes: y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la señal, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre." (Apoc. 13: 16, 17.)” (Joyas de los Testimonios, tomo 3, p. 231)
Esta persecución sería gestada y efectuada por el último agente de Satanás en este conflicto. La profecía dice que el dragón los perseguiría (Apoc 12:17), pero usa la bestia con cuernos de cordero que termina hablando y teniendo el mismo carácter que el dragón (Apoc 13:11). Así lo confirma la inspiración:
“La visión que Cristo le presentó a Juan, en la cual aparecen los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ha de ser definidamente proclamada a toda, nación, pueblo y lengua. Las iglesias, representadas por Babilonia, aparecen como caídas de su estado espiritual, para convertirse en un poder perseguidor contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. A Juan le fue presentado este poder perseguidor como una bestia que tenía cuernos semejantes a los de un cordero, pero que hablaba como dragón (Testimonios para los Ministros, pág. 117. Año 1896)” (El Evangelismo, p. 147) Hermanos la verdad libera. Solo les puedo decir que ya casi se cumplen los eventos profetizados. Solo el remanente vencerá a estos poderes. Este remanente te llama para que te prepares para esta gran batalla que está apunto de estallar. ¿Qué harás?
"Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo". Se nos muestra claramente que existirán dos bandos en el momento en que aparezca nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¿En cuál bando deseamos ser hallados?” (Testimonios para los Ministros, p. 130) -- Por: John García jgarcia144000@hotmail.com, Telef. 58-416-417.6965.
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